A través de ojos y montañas: Un viaje por The Wall of Eyes

El material del que hablaremos esta vez, es uno que nos llevará por lo que puedo llamar, un bosque animado y de colores intensos, donde cada árbol a través de su propio sonido y esencia, tiene puertas que nos adentrarán a nuevos ecosistemas por sí solos, pero todos dentro de una misma armonía y continuidad totalmente placentera de escuchar y de hundirnos en ella.

Cinthya Rmz

2/16/2024

‘Wall of Eyes’ es el segundo álbum de estudio de The Smile, agrupación conformada por Thom Yorke, Jonny Greenwood y Tom Skinner, lanzado apenas el 25 de enero de este año con la ayuda del productor Sam Petts-Davies.

Hasta ahora cuenta con tres singles, “Bending Hectic”, “Wall of Eyes” y “Friend of a Friend” y los últimos dos cuentan con videos musicales dirigidos por nada más y nada menos que Paul Thomas Anderson, director de películas como Punch-Drunk Love, Licorice Pizza o Boogie Nights, y que ya ha trabajado con Thom Yorke para el cortometraje musical de “ANIMA”.

A lo largo de mis ya varias escuchas de éste disco, he podido darme cuenta de que todos los sonidos que podemos escuchar en el álbum, tienen esa sensación mística y rítmica que nos llevan a escuchar un material orgánico, que incluso al utilizar sintetizadores, recrean una atmósfera “natural”, tal como ir vagando por un sueño psicodélico de principio a fin. Comenzando con “Wall of Eyes” o “Teleharmonic”, a través de la samba, guitarras acústicas y tambores, que evolucionan desde ritmos y voces más suaves y luminosos, a bajos más presentes, en una creciente sensación de tensión e incomodidad que en el camino nos pueden recordar hasta a los sonidos del math-rock con “Read The Room”; después, la presencia de sintetizadores, la batería acaparando progresivamente un espacio más ruidoso y que junto a guitarras distorsionadas, inquietas y rápidas, llegan al clímax de ésta travesía, para terminar con el “bajón” de ésta experiencia personal e introspectiva, con sonidos de nuevo, más ambientales, ésta vez con el piano más presente y que no denota la misma frescura con la que inicia el álbum.

Wall of Eyes para nada se enfoca en un sólo género, pues tenemos la mezcla del math-rock, jazz, el art rock, bossa nova, y hasta se meten al terreno orquestal en compañía de la London Contemporary Orchestra, todo esto mezclándose de forma propia y que da un resultado impecable.

Es notable que para estas canciones, la banda se tomó su tiempo y disfrutaron bastante el proceso, que terminó en plasmar muchos de los pensamientos e inquietudes de Thom Yorke. Es una forma más de adentrarnos a su mente, con figuras constantes en el arte de éste trabajo como son los ríos, montañas, pero también los ojos, transmitiendo el sentimiento de ser observadx, pero también de mirar hacia adentro.

Incluso mientras escribo esta reseña, escuchando una vez más el álbum, me encuentro experimentando esta misma sensación parecida a la de atravesar éste bosque en un sueño, pues, desde mi experiencia, escuchar ‘Wall of Eyes’ de principio a fin, en orden o desorden, nos sigue llevando a destinos distintos en cada escucha, descubriendo cada vez, nuevos sonidos y mensajes, así como nuevas formas de experimentar estos ritmos tan placenteros atravesados por la tensión creciente en varias de sus canciones como “Bending Hectic” o “Read The Room”.


A esto me refiero con las primeras líneas de este texto; adentrarse a ‘Wall of Eyes’.es tener la posibilidad de experimentar el viaje como un todo, o encontrando en cada canción, un viaje entero por sí mismo. Personalmente mi favorita ha sido “Bending Hectic” y “Teleharmonic”, y sin duda alguna recomiendo ampliamente escuchar este álbum de diversas maneras, en varias ocasiones y espacios. Espero que puedan sentirlo tanto como yo lo hice.