Yo no sabía que moriría y me adentraría a una superrealidad. Así fue mi viaje a Bellas Artes en las exposiciones de Rina Lazo “XIBALBÁ, el inframundo de los mayas” y “Surrealismo en Diálogo”

La superrealidad se apodera de la conmoción del espectador

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Abril Desiree L.B.

8/3/2022

Xibalbá

Cuándo sientas cimbrar la tierra, no huyas, es el Xibalbá llamándote, se dice que los señores de la muerte con sus cuerpos esqueléticos tocan instrumentos que hacen retumbar el suelo, deja que el rugir de los tambores te guie, no temas y ve danzando, poco a poco descenderás y un pequeño rio se irá dibujando, no te quites los zapatos pues esta agua no te empapará, serpientes nadan entre tus pies, incluso tortugas has de encontrar, tranquilo, te acompañan en tu transitar; tu alrededor se oscurece y una pequeña mancha de tonos naranjas se expande tras cada paso por dar, haz llegado a la entrada de una gran cueva y a tu alrededor todo se refleja, iluminan tonos atardecer mientras la luna y el sol están en una constante haciéndose el amor estallando en orgasmos del ocaso, los tambores retumban extasiados por tu llegada, los búhos te saludan y los murciélagos vuelan sin contener su emoción, a lo lejos descienden los dioses de Xibalbá, te colocan un gran penacho de plumas de quetzal, le hablan a tu colibrí protector quien sorbe gotas de tu sudor, vuela alrededor de tu corazón y parte al mundo de los vivos llevando tus sentires y pensares; te piden que cruces el rio, te sumerges y tras salir, en un esqueleto te has convertido. -Bienvenido, ahora eres parte del Xibalbá-.

SURREALISMO EN DIÁLOGO

Viaje a habitaciones repletas de irrealidad entre lo familiar y lo extraño yacen mis sueños, y mi inconsciente adormilado destruye todo pensamiento de razón. Descubrí el interior de un amor quien diría que pinta un paisaje desértico con una mesa en ayunas de sentimientos; Un paso más y descubrí viajeros del tiempo visitando las ruinas de Pompeya, ojalá la hubiésemos conocido en su esplendor; cerré un momento los ojos y me encontraba en un sueño rarísimo, hombres y mujeres corrían detrás de una carroza, corrían y corrían, la desesperación la llevaban en las piernas, de un momento a otro un ataúd cayó en un gran terreno pastoso, rápidamente la curiosidad los guió, poco a poco se abría y un hombre con capa y sombrero salía, saco una barita mágica y en un zip zap de movimientos nos desapareció pero, ahí no acaba todo, aunque parezca que mi cerebro ha explotado, resulta que le han brotado raíces invadiendo mi rostro y por si fuera poco una gran vitrina protege el desorden de letras, hojas, e incluso rayones, el desorden necesitara estar conservado y mis ojos, los ojos del otro, los ojos del tiempo en un péndulo; nuevamente la falta de amor y un escenario de sequía, una pareja se cuestionan su seco deseo, sentados en aquella fuente de afrodita con poca agua, que idilio del deseo ¡brindemos por los dichosos que ven brotar la fuente! Después del brindis, deje mi copa en el banco negro que sostenía un huevo amarillo y me dispuse a transitar las demás ventanas y sus paisajes, me encontré haciendo fila detrás de diversos objetos, todos debíamos cruzar por el mismo camino, quien lideraba la fila era un barril, detrás aquel maniquí sin cabeza, brazos y piernas, un León descansando, le seguía una mesa de billar, una trompeta, la triste jaula y su vació interior, una bici sin quien la encamine, una silla vacía y finalmente yo, pero, ¿a dónde voy a llegar? Seré quizá aquel ser que tiene el rostro invertido en su interior, no lo sé, puede que quizá sea aquel otro desesperado por ver mi rostro en el espejo, pero este siempre reflejando mi espalda… solo espero que al despertar a mis ojos les crezcan alas y viajen como las mariposas.

La superrealidad se apodera de la conmoción del espectador

Obras:

1936 Pareja con la cabeza llena de nubes – Salvador Dalí

1931 Visitantes tardíos a Pompeya – Carel Willink

1938 Vasos comunicantes. Homenaje a André Breton – Diego Rivera

1946 El Idilio – María Izquierdo

1939 La casa de cristal – René Magritte

1937 El Vellocino de oro – Wolfgang Paalen

¿EN DÓNDE?

Palacio de Bellas Artes

Av. Juárez S/N, Centro Histórico de la Cdad. de México, Centro,

Cuauhtémoc, 06050 Ciudad de México, CDMX

Costo: $80 pesos, Entrada Libre para estudiantes, maestros e INAPAM

Domingos Entrada Libre