NAGAZAKI TLACUACHE POR MANELLY HERNÁNDEZ

Nagazaki Tlacuache es un proyecto que nos transporta a un viaje musical en el que todo puede pasar.

ARTEMÚSICA

5/20/2021

Nagazaki Tlacuache es un proyecto que nos transporta a un viaje musical en el que todo puede pasar: desde intros con hipnóticos solos de bajo que se disuelven entre samples de poesía y monólogos, hasta las más dulces y arrulladoras canciones de cuna. 

En su último álbum, La Máquina de Hacer Tlacuaches, estrenada en enero de este año, podemos encontrar rolas como Pequeña Vivienda Rosa o Jime y el Ratón, que evocan planetas de ensueño y procesiones de bajo profundas, el uso de distintos canales para generar el efecto de profundidad infinita es algo que encontramos constantemente en estos temas.

Encontrase a uno mismo envuelto en el viaje que nos ofrece este álbum no es difícil, ya que, haciendo del bajo su elemento principal, nos da a conocer las distintas sombras y luces que puede tener este instrumento, al ser el protagonista en casi todas las canciones.

Si tomamos como referencia su primer lanzamiento, Emilio Villeda, creador del proyecto, ha avanzado intuitivamente hacia un sonido más equilibrado y que evoca elementos experimentales para transportarte a una casa distante flotando en el espacio, como podemos apreciar en el arte de La Máquina de Hacer Tlacuaches.

Emilio nos ofrece, además de una ambientación y espacialidad únicas, la posibilidad de ver el bajo como un instrumento con muchos matices. 

Tuve la oportunidad de ver una presentación hace poco en la que Emilio exploraba sonidos que distaban mucho unos de otros, únicamente con un bajo de seis cuerdas, entre ellas, interpretó algunas canciones del último álbum, está demás decir que la habitación se inundó de melodías de ensueño y pude comprobar que el trance musical que nos ofrece Nagazaki Tlacuache es algo real y tangible. 

Musicalmente, Nagazaki Tlacuache baila entre el pop hipnagógico,  las canciones de cuna, el rock psicodélico y lo experimental, añadiendo frescura y elementos nuevos a la forma en la que estamos acostumbrados a escuchar algunos instrumentos.

Podríamos considerar a Nagazaki Tlacuache como una joya emergente, si lo tuyo es la música que dibuja espacios, los soundtracks instrumentales, lo experimental y le prestas gran atención a los nuevos usos de instrumentos tradicionales, te recomiendo escuchar “La Máquina de Hacer Tlacuaches.” Te prometo un trip íntimo, un universo nuevo y la psicodelia como no la habías conocido.



NAGAZAKI TLACUACHE POR MANELLY HERNÁNDEZ